Desde 1978, Valeriano y Cati, su mujer, empezaron a hacer una nueva serie de guitarras más económicas para que todo el mundo pudiese acceder a una guitarra artesanal, con calidad y a buen precio. En ese momento nació La Serranía, en honor al lugar que vió nacer la primera de éstas guitarras: Algodonales, en plena Sierra de Líjar(Cádiz).
Dado que el trabajo de las guitarras originales de la serie de Valeriano Bernal ocupaba una gran parte del tiempo al luthier original, Cati se dedicó en cuerpo y alma a la producción artesanal de la serie de La Serranía durante años, hasta que sus hijos, con su hija Chari a la cabeza de la marca, dirigieron la producción de las guitarras flamencas de La Serranía. En el año 1990, Francisco Javier “Benny”, marido de Chari, se unió como aprendiz guitarrero de Valeriano Bernal, desarrollando con los años su labor en reparaciones, artesanía de cejillas y guitarras para la marca de la Serranía.